La velocidad, una de las pruebas físicas más bonitas a la vez que difícil de mejorar por la gran exigencia en la variedad del resto de exigencias en una oposición. Hoy venimos con la batería de errores comunes sobre el entrenamiento de estas pruebas físicas para bomberos, así como propuestas de mejora.

Pero primero, ¿qué es realmente la velocidad?

Popularmente, el entrenamiento de la velocidad se ha concebido como aquello que depende únicamente de lo rápido que eres capaz de desplazarte o mover tu cuerpo; y aunque en gran parte es así, es necesario dejar claras algunas cosas sobre el origen de esta mal llamada «cualidad física», el cual se sitúa en la madre de las cualidades: LA FUERZA

Pero claro, la fuerza entendida como ese factor físico que es capaz de originar movimiento o deformación en un cuerpo, provocando su aceleración o cambio de estado. Pero además de esto, y centrándonos en el aspecto puramente fisiológico, el foco debe estar en mejorar esa fuerza, si , pero siempre que especialicemos el entrenamiento en lo que realmente requieren este tipo de pruebas: «ser capaz de aplicar la mayor cantidad de tensión musculo-tendinosa posible pero en intervalos de tiempo cada vez más cortos».

Es por esto que, la filosofía de basar el entrenamiento de fuerza en «ponerme grande» y «mover muchos kilos», está muy alejada de lo que realmente es eficiente para la mejora de las pruebas de velocidad, y en definitiva cualquier prueba que requiera aplicar fuerza rápidamente( dominadas, trepa de cuerda, saltos, incluso medio fondo…)

Así mismo, la velocidad requiere de la estimulación del sistema musculo-esquelético a nivel neural muy marcado, pues no es lo mismo ejercer una aceleración de una masa (en este caso tu propio cuerpo) con la ayuda de «X» número de «fibras musculares eléctricamente activas» que hacerlo con «2X» de las fibras que componen tu fisiología muscular interna.

Por lo tanto, y obviando muchas otras cosas, podemos decir que la velocidad es puramente una de las mayores MANIFESTACIONES DE LA FUERZA, entendida como la rapidez con la que somos capaces de aplicarla en una distancia a recorrer.

Errores más comunes en el entrenamiento de la velocidad en Bomberos y sus posibles soluciones.

Dicho lo anterior, podemos detallar ahora los error más comunes (o que yo he podido ver) al plantear un entrenamiento de las pruebas de velocidad dentro de una preparación física para la oposición a bombero.

  1. La técnica de carrera: este punto lo pongo el primero porque, desde mi punto de vista, es el más importante. El motivo es muy sencillo, reúne todos los factores importantes del entrenamiento de velocidad en uno; sobre todo el de focalizar y aunar todo el trabajo inespecífico en algo que sí lo es. Además, trabajar la técnica es trabajar la fuerza. Revisa el vídeo para aprender a corregir los errores más comunes: el juego de las angulaciones, la relajación, la descripción del ciclo del pie, etc…
  2. La salida de velocidad: existen muchos factores en este campo pero el error más abundante que he podido ver es la posición de los pies con respecto a la línea de salida y la posición de la línea de los hombros. Recomiendo alejarse de la línea de salida y colocar el pié fuerte(delantero) a una distancia de 1,5 pies de la línea, así como posicionar el pié ágil o hábil (pie trasero) a poca distancia del talón del pié delantero. La línea de los hombros en el momento de levantar la cadera debe situarse encima de la línea de salido o ligeramente por delante. La intensión primordial en los primeros metros es generar la máxima acumulación de energía muscular y tendinosa que nos proporcione un avance mayor y efectivo; no trates de mover muy rápido las piernas, sólo lo justo para abarcar el mayor espacio posible.
  3. La cantidad de series, repeticiones y las distancias: este tema es demasiado denso del cual hablaremos en otra ocasión, pero sí podemos indicar que el establecimiento de estas dos variables vendrá determinado por muchos factores como el estado de forma, el nivel técnico, el nivel de fuerza, y el momento en que nos encontremos dentro de la planificación; así podemos también indicar una vez más que el volumen de entrenamiento no es lo más importante y que si hablamos del entrenamiento de pruebas de velocidad, en el momento en que la calidad de las repeticiones baja es absurdo seguir con la sesión, incluso en momentos es mucho mejor acabar con ella antes de que la calidad disminuya.
  4. La utilización de zapatillas de clavos: para esto recomiendo encarecidamente la utilización del sentido común, pues utilizar clavos para entrenar la velocidad es algo que(si no se introduce con cautela) puede acarrerar problemas difíciles de subsanar. Mi recomendación es que (después de un tiempo de fortalecimiento y de adaptación al entrenamiento, como mínimo 3 meses), comiences con una zapatilla de esas que llaman voladoras, sin clavos, para comenzar con una sección de amortigüación menor, para progresivamente ir introduciendo la zapatilla de clavos en alguna que otra repetición dentro de una sesión de entrenamiento.
  5. El entrenamiento correcto de la fuerza: evidentemente esta variable es la más importante, pues engloba casi todo lo que concerniente a la importancia de pensar bien como entrenar la velocidad. Para adentrarnos más en los conceptos importantes acceder al artículo «Cómo entrenar la fuerza en la preparación física para bombero» con el que comprenderás muchas cosas sobre el tema. Pero recalcando lo más importante, el foco siempre debe estar en que ante una misma carga (bien calculada), lo más importante es mejorar la velocidad con que la movilizamos, más allá de querer levantar más carga; ahí conseguiremos mayor fuerza útil y capacidad de aplicarla en el menor tiempo posible.

Organización semanal del entrenamiento de velocidad en la Preparación Física del Bombero

Como dato final es conveniente volver a representar la filosofía del «más no es mejor, mejor es mejor», pues si hablamos del entrenamiento de la velocidad esto cobra aún más protagonismo. 

Mi recomendación es que no trabajes de sesiones de velocidad en pista(pues en el trabajo de fuerza de gimnasio también estas entrenándola), mas allá de las dos sesiones semanales, con intención de primero entrenar los aspectos de mayor exigencia e intensidad y terminar con lo que requiere más capacidad o tiempo de duración. Por ejemplo, si me exigen una prueba de 100 metros, la primera sesión de la semana trabajaría todo lo concerniente a la salida, aceleración y velocidad de lanzado, todo por debajo de 100 metros de distancia; y la segunda sesión el foco debe estar puesto en todo lo que concierne a la capacidad de mantener altas intensidades el mayor tiempo posible, con distancias de entre 100 y 300 metros.

Todo esto, por supuesto, regado con la mentalidad de parar la sesión cuando la calidad de la misma comienza a bajar; no siempre se debe buscar el sufrimiento constante, sólo en momentos contados y bien medidos.

Como siempre, espero haber aportado algo de valor a tus conocimientos sobre la preparación física para bombero.

Se esperan comentarios y peticiones sobre temas de interés para vosotros.

Recuerda… Más no es mejor, Mejor es Mejor.

Atentamente

Manolo Jiménez – PFBomberos

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